Saga Geralt de Rivia / The Witcher, Libro 3: La sangre de los elfos

20.09.2023

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El artículo de hoy, dedicado al tercer libro de la saga de fantasía del brujo Geralt de Rivia, está patrocinado por la tienda de cómics, juegos y libros de fantasía DCOMIC. Recordad que podéis obtener un 5% en vuestra compra tan solo diciendo al hacer vuestra compra que vais de parte de Grímnir. ¡No perdáis la ocasión!


 El tercer libro de la Saga de Geralt de Rivia, publicado en 1995,es también la primera novela que formó parte de la misma, ya que los dos volúmenes anteriores eran compendios de relatos. Esto supone todo un cambio de rumbo en la saga, y es algo que ya también hemos podido ver en otros títulos de fantasía, como Las aventuras de Gotrek y Félix, cuyo primer libro también está compuesto de relatos. Es una forma bastante útil de dar forma al mundo en cuestión y de ofrecer al lector pinceladas sobre este, sobre los personajes y sobre las gentes, los monstruos y la historia de dicho mundo de fantasía antes de zambullirse por completo en la historia que se quiere contar al lector. En ocasiones este sistema tiene el inconveniente de que un conjunto de relatos, en comparación con una novela, por lo general no suele tener el mismo poder de atracción ni genera el mismo interés por seguir con la lectura; este es un problema que sufren los libros de Andrzej Sapkowski, y de hecho los dos primeros libros a menudo son ignorados por los lectores que ya conocen la Saga de Geralt de Rivia. A fin de cuentas, como decía, es en La sangre de los elfos donde comienza la historia de verdad.  

 En La sangre de los elfos, Andrzej Sapkowski se olvida de los relatos basados en cuentos que tanto abundaban en los libros anteriores, y sumerge al lector en el inicio de la historia que unirá a Geralt con Ciri y Yennefer. Ambos personajes aparecieron ya en los libros anteriores, al igual que Jaskier el bardo, quien también cuenta con un papel protagonista en el tercer libro de la saga. De hecho es en él precisamente quien aparece en primer lugar, y lo hace ganándose la vida con sus historias y canciones, como de costumbre centradas en torno a la figura de Geralt de Rivia. Esto, sin embargo, le lleva a encontrarse con ciertos problemas inesperados que guardan relación con la protegida del brujo, la joven Ciri. Mientras Jaskier se las ingenia para sobrevivir a una peligrosa amenaza y recibe una ayuda inesperada, el lector asiste al momento en que Geralt conduce a la niña hasta un lugar en el que esta será adiestrada por brujos, con el objetivo de que sea capaz de sobrevivir en un mundo que parece quererla muerta con todas sus fuerzas. El resto de la novela gira en torno a esta base, con Ciri aprendiendo de los brujos en primer lugar, y de los magos, con Yennefer en escena, más tarde, mientras aquellos que dan caza a la chiquilla se esfuerzan en encontrar su rastro, y lo hacen con tal eficacia que la única cuestión que se plantea al lector es si, cuando la encuentren, estará preparada para luchar por su vida. De lo que no hay duda es de que Geralt y Yennefer harán lo imposible porque así sea. Y, por supuesto, también estarán a su lado.  

La sangre de los elfos bien podría ser considerado el auténtico inicio de la Saga de Geralt de Rivia, relegando así a los dos libros anteriores, El último deseo y La Espada del Destino, a un prólogo, o quizás a libros complementarios de la historia principal. Si bien estos no carecen de virtudes, he de admitir que no ha sido hasta La sangre de los elfos cuando realmente me he zambullido con entusiasmo en la historia del brujo más famoso de todos los tiempos y sus amigos. Esta novela está dividida en diferentes partes (el ataque a Jaskier, el entrenamiento de Ciri con los brujos, el tiempo entre Ciri y Yennefer, etcétera), lo que hace que la estructura final recuerde en cierta forma a la de un libro de relatos, pero cuenta con la virtud de que estas partes, si bien con gran independencia entre ellas, guardan una fuerte relación, ya que cuentan con una clara línea conductora que dirige toda la historia, y no es otra que la lucha de Ciri para sobrevivir en un mundo que la quiere muerta. Tanto Yennefer como el propio Geralt juegan en esta novela un papel secundario, como mentores y protectores, pues es sobre la propia Ciri sobre quien recae la mayor parte del peso de la trama. ¡E incluso el bueno de Jaskier tiene cierta importancia en este sentido! Sin embargo, al final de la novela, el lector tiene la sensación de que La sangre de los elfos es prácticamente una historia de origen, y de que la niña va a jugar un papel fundamental no solo en el futuro de todo su mundo, sino también en el futuro que pueda o no haber entre Geralt y Yennefer.

JOAQUÍN SANJUÁN