Rosa la Sanguinaria, de Nicholas Eames
Después del éxito de Reyes de la Tierra Salvaje (puedes leer la reseña AQUÍ), Nicholas Eames nos trae el segundo título de la saga La Banda. Se trata de Rosa la Sanguinaria, y cuenta con la virtud de que, al igual que su antecesora, ofrece al lector una historia cerrada, pese a que tiene como protagonista a la propia Rosa la Sanguinaria, quien ya aparece como personaje secundario en la primera novela. Encontraremos además a algún que otro viejo conocido, y muchos, muchos guiños para los lectores que ya conozcan la primera historia.
Rosa la Sanguinaria es, como el primer título, una road movie, un viaje por la Tierra Salvaje que da nombre al primer libro. Si en Reyes de la Tierra Salvaje los protagonistas eran los viejas glorias de Saga, un grupo de aventureros retirado, en esta ocasión el protagonismo recae en Fábula, grupo liderado por la propia Rosa y que cuenta con unos miembros nada convencionales, a cuál más exótico. , claro, todo empieza cuando Fábula decide reclutar un nuevo bardo. Porque ya sabemos que en La Tierra Salvaje los bardos no suelen acabar muy bien...
Rosa la Sanguinaria cuenta con las mismas virtudes que Reyes de la Tierra Salvaje, aunque tiene en contra que el autor repite la fórmula que ya utilizó en la primera novela, tanto en gamberradas como en tipo de historia. No pasa nada, pues de esta forma sirve como complemento a esa primera historia, pero podría resultar cargante utilizar esa fórmula en una tercera novela. Veremos qué hace Nicholas Eames al respecto.
Si bien tiene cosas en las que iguala o incluso supera al primer título (los miembros de la banda, por ejemplo, son mucho más interesantes y exóticos en esta ocasión), también hay cosas en las que no consigue hacerle sombra. En su contra, cuenta conque al ser la segunda novela de la saga pierde ese refrescante sabor a novedad, pues al lector ya le resulta conocido todo lo que gira en torno a Rosa y sus compañeros. El inicio de la novela, por otra parte, no resulta ni de lejos tan potente e interesante como en Reyes de la Tierra Salvaje, lo que empeora al contar con unos primeros capítulos algo lentos, pero después remonta... ¡y todo se vuelve muy loco!
Rosa la Sanguinaria, para el lector que ya disfrutó de Reyes de la Tierra Salvaje, tiene el sabor de algo conocido, sí, pero no por ello pierde interés. ¡De hecho, en determinados momentos ese sabor conocido aumenta enormemente los niveles de epicidad de la historia!
Excelente edición por parte de Gamon Fantasy, muy cuidada y con la portada original, una fantástica ilustración que imita la portada de Reyes de la Tierra Salvaje. Sin embargo, y al igual que sucedió con el primer título de La Banda, la corrección ortográfica y gramatical es el punto débil de los chicos de Gamon Fantasy, pues a lo largo de ambas novelas es habitual encontrar erratas e incluso alguna que otra falta de ortografía, así como fallos de puntuación o errores en los nombres de los personajes. Es, eso sí, la única pega que puedo sacarle a una edición que, por lo demás, destaca positivamente.
Hace un tiempo os recomendé Reyes de la Tierra Salvaje (y algunos sabéis que he sido MUY insistente al respecto), y hoy os recomiendo Reyes de la Tierra Salvaje y Rosa la Sanguinaria. Si en su momento aventuré que a Nicholas Eames le aguardaba un futuro de éxito como escritor de fantasía, hoy, después de leer su segunda novela, no puedo más que reafirmarme al respecto. Así que, venga, ¡todos a conocer a las bandas de La Tierra Salvaje! Os prometo que el viaje valdrá la pena. Pero, eso sí, no os encariñéis mucho del bardo de vuestra banda. Solo por si acaso.
JOAQUÍN SANJUÁN