La Cosa del Pantano, de Alan Moore
Existen pocos autores en el mundo del cómic con mayor reconocimiento y prestigio a nivel mundial que Alan Moore. Este, a fin de cuentas, es el responsable de algunos de los cómics mejor valorados y más premiados jamás escritos, como son Watchmen o V de Vendetta. Es, sin embargo, responsable también de una formidable etapa en la serie de La Cosa del Pantano, etapa que para Moore fue anterior a sus trabajos más conocidos. Hoy, aprovechando que ECC Cómics ha lanzado una reedición de dicha etapa, vamos a hablar de esa obra maestra del cómic de terror que fue La Cosa del Pantano de Alan Moore, publicada en la década de los ochenta. ¡Por cierto! No dejéis de echar un vistazo a la reedición del cómic, pues, como os decía, acaba de salir el primer tomo recopilatorio. Dado que ha sido editado en formato bolsillo, podréis conseguir cada tomo, con más de doscientas páginas de cómic, por solamente diez euros. ¡Todo un regalazo! Sí, no quedará tan bonito en la estantería como el mega tomo integral de mil y pico páginas que se editó hace años, ¡pero desde luego es mucho más cómodo a la hora de leer!
La Cosa del Pantano es un personaje creado por el guionista Len Wein (quien fue también el creador de Lobezno, por cierto). En un primer momento, creó a La Cosa del Pantano para una historia corta que se publicó a principios de los años setenta, y fue tanto su éxito que se lanzó poco después una serie en la que el propio Len Wein reinventaba el personaje. A principios de los años ochenta comenzó a publicarse una nueva serie sobre este, pero no sería hasta el número veinte de la misma cuando sucedió algo que revolucionaría el mundo del cómic y convertiría la colección en un clásico inmortal: un joven Alan Moore, quien entonces contaba con poco más de treinta años, se convirtió en guionista de la serie.
Alan Moore escribió al personaje desde el número veinte de esa etapa hasta el número sesenta y cuatro (lo que supone un total de cuarenta y cinco números, nada menos). Lo primero que hizo fue cerrar todas las tramas que quedaban pendientes de los diecinueve números anteriores (lo hizo en el número veinte, titulado precisamente Cabos sueltos). Acto seguido, en el popular número veintiuno, La lección de anatomía, reinventó por completo el personaje de manera magistral y sorprendente, otorgándole al mismo un enfoque por completo diferente del que había tenido desde su origen a principios de los años setenta. Durante el primer arco argumental de Moore se sentaron las bases de lo que sería la nueva mitología del personaje, y posteriormente el autor ofreció diferentes historias cortas, de pocos números cada una de ellas, en las que combinaba con maestría temas como el terror y el ecologismo. Integró además al personaje en el Universo DC, ofreciendo historias en las que La Cosa del Pantano compartía protagonismo con otros héroes de DC Cómics, e inició una saga de temática sobrenatural en la que John Constantine se convierte en algo así como mentor y amigo del personaje. Fueron solo cuarenta y cinco números, ¡pero Alan Moore aprovechó al máximo hasta el último de ellos!
Tras la marcha de Moore, el personaje fue escrito durante una veintena de números por Rick Veitch, el entonces dibujante de la serie, y este debió haber sido reemplazado por el mismísimo Neil Gaiman. Sin embargo, debido a un conflicto surgido a causa del número ochenta y ocho de la colección (en el que aparecía Jesucristo, aparición que generó la discordia), la serie quedó huérfana de equipo creativo hasta unos meses después. La Cosa del Pantano, sin embargo, nunca se recuperó del bache, y su popularidad comenzó a caer en picado. ¿Qué cotas de popularidad y prestigio habría alcanzado el personaje de haberse hecho cargo de él Neil Gaiman? ¡Nunca lo sabremos! Al menos nos queda el consuelo de saber que, en los números previos a ese conflictivo ochenta y ocho, Veitch, quizás preparando el terreno para Gaiman, integró a La Cosa del Pantano en la mitología de The Sandman. ¡Búscalo, está en el número ochenta y cuatro!