II Torneo KoW Regional de Valencia - julio 2022
¡Bienvenidos a otra crónica de un torneo de Kings of War! Ha pasado algún tiempo desde la última, y es que no se han celebrado torneos en la provincia de Valencia desde hace algunos meses. ¡Pero seguimos aquí, y seguimos dando guerra!
En esta ocasión opté por dejar a mis queridos enanos en casa, pues jugaría una lista de varangur. ¿El motivo? ¡Que durante los últimos tres meses había estado montando y pintando un nuevo ejército, y ahora quería estrenarlo! ¿Que queréis saber más? ¡Pues vamos a ello!
PROYECTO VARANGUR: Reuniendo a las tropas.
La idea surgió como un reto personal. Me propuse crear desde cero un ejército completamente nuevo por el precio más económico posible, solamente para demostrar que los wargames de miniaturas no tienen por qué ser caros si te lo montas bien. A continuación podéis leer cómo lo hice, pero os adelanto que lo conseguí: ¡el ejército completo me costó menos de 40 €!
Tenía claro que, si quería conseguir el mejor precio posible,
tendría que echar mano del maravilloso Mortal Realms #1,
primera entrega del conocido coleccionable, que ofrece, por tan solo
1,99 €, diez espectros y tres stormcast.
Los primeros serían unos
magníficos draugr, tropa que según el trasfondo representa las almas de los muertos. Por otra
parte, los stormcast serían excelentes como The
Fallen, tropas de élite que representan
poderosos campeones que han sido convocados desde más allá de la
muerte para volver a la batalla. Así no solo conseguía darle un uso
a ambos tipos de figuras, ¡sino que temáticamente encajaba de
maravilla! Unos eran los caídos de forma indigna; los otros, los
campeones que volvían a alzarse para combatir en la batalla final.
Sí, todo muy de mitología nórdica, pero es que es precisamente de
esa mitología de la que bebe Varangur. Decidí que llevaría los
draugr en regimientos, pequeños y con gran utilidad, y los
fallen en hordas, pues su objetivo era pegar duro y hacer daño
al enemigo. Decidí también que quería tres unidades de fallen,
lo que, a tres miniaturas por entrega del Mortal Realms #1,
son seis entregas. Puesto que cada una llevaba diez fantasmas, eso me
daba un total de sesenta. ¡La cantidad perfecta para montar cuatro
unidades de fallen! En total me costaría 11,94 €, ¡un
precio absolutamente ridículo por casi ochenta miniaturas!
Contaba ya con una muy buena base para el ejército, pero necesitaba
también algunos apoyos. Después de darle unas cuantas vueltas a la
lista de ejército de Varangur decidí que quería incluir sí
o sí tres magus conclave, que representan cada uno a un
cónclave de magos (como el propio nombre indica) aunque funciona a
efectos de reglas como un lanzavirotes. ¡Pero un lanzavirotes capaz
de mover y disparar sin penalizar ninguno, que dispara con élite y
que tiene la regla ágil! Un caramelo así no podía faltar en mi
lista. ¡Llevaría tres, y porque no podía llevar más! Encontrar
las miniaturas no fue difícil. Decidí que usaría los castigators
de Age of Sigmar, miniaturas con la misma estética que
mis fallen, y que representan a tiradores armados con pesadas
ballestas. ¡Una caja con tres y con un gryph-hound cuesta
13,25 €, y encima me sobraba el animal para otro proyecto!
Para
completar la lista necesitaba algunos personajes. Decidí que
incluiría dos hechiceros, uno de ellos equipado para hacer mucho
daño con magia y el otro con la capacidad de actuar como líder
entre las tropas. Quería representarlos con miniaturas que
encajasen con las unidades de fantasmas, pues en mi lista iban a
representar los hechiceros que invocan las almas torturadas de los
caídos y los encadenan a su voluntad para lanzarlos sobre el
enemigo. Tras rebuscar un poco por los estantes de Goblin
Trader encontré dos
fantásticos espectros, el grave wraith y
el female wraith,
ambos de Bones,
una marca que destaca porque ofrece miniaturas muy vistosas a precios
ridículos. De hecho, la primera me costó 3,50 €, pero es que la
segunda tan solo costaba 2,58 €. ¡Poco más de seis euros por mis
dos hechiceros! Finalmente
necesitaba dos personajes que pudiesen pegar y al mismo tiempo
ejercer como líderes. Estuve tentado de incluir un general en
montura monstruosa, ¡pero no podía hacerlo si no quería pasarme de
los 40 €! Así que decidí que incluiría dos lords, uno a
caballo y otro equipado para que pudiese volar. Para el primero
escogí a sir Danel, mounted crusader,
de Bones, por solo
3,44 €. Para el segundo, el volador, elegí a vampire,
también de Bones, una
bonita miniatura de un vampiro, con su capa, su espada y su copa,
perfecta para un héroe volador. ¡Costó 3,80 €!
Ya tenía todo lo necesario, y en total me había gastado 38,51 €. ¡Con lo que me sobraba para alcanzar los 40 € de presupuesto podía tomarme un refresco bien fresquito en Goblin Trader! Pero esto no había hecho más que comenzar, pues casi un centenar de miniaturas me esperaban sobre la mesa de trabajo. ¡Había llegado el momento que más temía de todo el proyecto! ¿Me daría tiempo de pintar todo el ejército antes del II Torneo Regional de Valencia de Kings of War?
PROYECTO VARANGUR: Poniendo a punto el ejército.
Lo primero fue sacar todas las miniaturas de las matrices,
limpiarlas, limarlas, montarlas, pegarlas, masillar los huecos y toda
esa larga fase de preparación, imprescindible antes de pintar.
Decidí montar los cuatro personajes y las máquinas de guerra
directamente en sus peanas correspondientes, y decoré estas con
arena y cola para pintarlas después. Además, utilicé buena parte de
la decoración de las peanas que acompañaban a las más de ochenta
miniaturas de Age of Sigmar que forman parte del ejército,
básicamente ruinas y zarcillos espectrales, para decorar las peanas
de las siete unidades del ejército (tres de fallen y cuatro
de draugr). ¡Pero naturalmente pintaré las miniaturas de
esas unidades antes de pegarlas en esas peanas! Una vez tuve todas
las miniaturas montadas e imprimadas con imprimación acrílica de
Vallejo (gris), había llegado el momento de lanzarme a la temida
fase de pintado.
En las peanas de los draugr
integré numerosos
zarcillos espectrales que obtuve de las propias matrices de
miniaturas, así como algunas lápidas de mi caja de restos. Estas
las pinté igual que la piedra, pero le añadí después un suave
pincel seco blanco para destacarlas. Respecto a los zarcillos
espectrales, simplemente los pinté con akhelian green,
el color principal de los draugr. El proceso de pintado de los draugr fue muy sencillo. Lo
primero fue dar una capa de akhelian green en
las túnicas de los espectros, seguido de un pincel seco ligero de
corax white en
cuerpos, armas y cadenas, con el objetivo de dar un fondo más blanco
antes de los siguientes pasos, para que las contrast
quedasen lo mejor posible. El siguiente paso fue dar space
wolves grey en armas y cadenas y
apothecary white en el
cuerpo. El resultado final es una miniatura en tonos blancos y
azules, con una estética muy sobrenatural. ¡Y así, con solo tres
colores, pinté los draugs!
En la segunda fase decidí pintar al mismo tiempo los fallen y
las máquinas de guerra. Al ser todos ellos miniaturas del
mismo y diferenciarse principalmente en las armas, sería más
práctico así. ¡Y más rápido! Lo primero, puesto
que quería guardar una coherencia de color con los draugr,
fue por aplicar una capa de akhelian green en
las piezas de la armadura. Acto seguido pinté las mazas con gris
metálico y marrón bichos, y apliqué este último también en algún
complemento. La ballesta pesada la pinté con retributor
armour y gris metálico, sin
complicarme demasiado. Este último lo apliqué también en algunos
de los detalles de la vestimenta. Pinté entonces la piel con carne
mate y usé diferentes colores para el cabello de las figuras que no
se cubrían con yelmo. Después solo tuve que repasar colores para
evitar manchas, repasé las túnicas con corax white y
apliqué una capa espesa de la contrast apothecary white.
Un poco de tinta reikland
fleshshade en rostros, en
algunos cabellos y en las partes pintadas de marrón, ¡y los fallen
y las máquinas de guerra ya estaban acabadas!
Para los personajes utilicé como base los mismos tonos que había usado en el resto de
miniaturas. Los dos hechiceros, para los que utilicé las miniaturas
de espectros, los pinté igual que los draugr, pero, a
diferencia de estos, les apliqué tono carne para la piel y pinté
las armas como armas y no como artefactos espectrales. ¡Quería que
se viese la diferencia entre la tropa, formada por las almas de los
caídos, y los personajes, poderosos hechiceros! Para los otros dos personajes utilicé también como base el akhelian
green (gasté un bote casi
entero pintando el ejército), pero apliqué algunos colores ocres en
la indumentaria, para diferenciarlos de las tropas. ¡Si quieres
hacer un pintado sencillo y rápido, la clave es elegir unos pocos
colores y ceñirte a ellos!
Las peanas, suelo de arena cubierto
por una capa de cola blanca diluida en agua, las pinté como si
fuesen piedra. Comencé con una capa de imprimación, después una de
neutral grey y otra de
nuln oil. A
continuación di a toda la piedra un pincel seco de neutral
grey y después otro mucho más
ligero de sky grey. ¡El
resultado es bastante decente! Una versión mucho más rápida es
pintar con neutral grey como
base y dar después una capa ligera de nuln oil,
pero creo que queda mucho mejor de la primera forma, aunque sea algo
más elaborado.
El ejército ya estaba pintado, ¡así que había llegado el momento de probarlo en el campo de batalla!
¡Finalmente, llegó el 26 de junio, el día en que se celebraba el II Regional de Kings of War de Valencia! El torneo, de gran importancia en la región de la Comunidad Valenciana, había atraído a muchos de los mejores jugadores de España, quienes luchaban en esos momentos por ganar algunos puntos extra para la clasificación nacional de Kings of War, clasificación que decidiría qué jugadores se enfrentaría en un torneo de campeones que se celebraría en unos meses. El torneo, por cierto, lo organizaban Pablo Triguero y Goblin Trader Valencia. ¡Y allí estaba yo, con mi recién estrenado ejército de Varangur! ¡Había llegado el momento de acudir al campo de batalla! Me preocupaba no haber podido probar mi ejército ni practicar con él, pero el tiempo de las dudas había pasado. ¡Era el tiempo de las armas!
PRIMERA PARTIDA
En mi primera partida me enfrenté a Coke, quien jugaba con
Nightstalkers. Mal empezaba la cosa, pues precisamente se trata de
uno de los ejércitos de Kings of War que cuentan con más
protección contra disparos. ¡Además, apenas había jugado contra
ese ejército antes! Por si fuera poco mi rival era un buen jugador,
habitual de los puestos altos en los torneos. ¡Y yo con mi ejército
sin probar! ¡Más c&!*nes que cerebro, sí señor!
Tal y como era de esperar, la primera partida no me fue bien a
efectos de resultado. Coke se alzó con una merecida victoria
fruto de un juego tan brillante como malo fue el mío, pero eso no me
impidió disfrutar de una buena partida con un rival de altura. ¡Y
además nos echamos unas risas!
SEGUNDA PARTIDA
En la segunda ronda jugué contra Miguel Ángel Santiago Ruiz, un jugador de enanos. ¡Eso era bueno, ya que yo mismo soy jugador habitual de enanos, por lo que me conozco bien a ese ejército! ¿Lo malo? ¡Que contaba con una considerable potencia de fuego, y eso era malo para la lista que yo jugaba!
La partida, de controlar objetivos, no empezó mal, y durante varios turnos logré conservar algunos objetivos, mientras que mi rival custodiaba otros, sin que la cosa se decantase de forma clara en lado de uno o de otro. Sin embargo, el tanque que jugaba Miguel Ángel Santiago Ruiz fue demasiado para mis tropas, que se vieron superadas por él en un lado de la mesa. En el otro, el flanco que yo había estado controlando y en el que mantuve algunos objetivos durante toda la partida, todo se torció durante los últimos dos turnos, en los que mis unidades comenzaron a caer. Finalmente, obtuve una segunda derrota en un torneo que, para mí, se estaba convirtiendo en un absoluto desastre...
TERCERA PARTIDA
Mi último rival fue Jordi Valero, un compañero de Tercio Viejo de Levante, el equipo de Kings of War al que pertenezco. Curiosamente, no nos habíamos cruzado antes, así que era nuestra primera partida. Jordi Valero jugaba con elfos, otro ejército que me conocía bien. Sin embargo, tal y como había pasado con mi anterior rival, su potencia de fuego era superior a la mía.
La partida... bueno, no jugué bien. No jugué bien ninguna de las tres partidas, a decir verdad. Jordi, un jugador de elfos desde hace años, no tuvo dificultades para hacerse con una victoria fácil, dejándome así con el peor resultado que jamás había obtenido en un torneo.
CONCLUSIONES
En retrospectiva es cierto que fueron tres partidas en las que la potencia de fuego de mi lista, uno de sus puntos fuertes, perdía su ventaja, pues mi primer rival jugaba un ejército muy resistente a disparos y los otros dos contaban con mayor potencia de fuego que yo. Sin embargo, lo cierto es que acudir a un torneo de ese calibre con un ejército nuevo y después de seis meses casi sin jugar, no fue una buena idea. ¡Merecía el resultado obtenido, eso estaba claro!
¿Y ahora qué? Bueno, lo cierto era que, pese al nefasto resultado del torneo (quedé en última posición, ¡y encima no me dieron ni una triste cuchara de palo, como es tradición en esos casos!) conseguí los tres objetivos que me había propuesto lograr con mi nuevo ejército: compré un ejército completo por menos de cuarenta euros, lo pinté de forma rápida y aceptable pese a mi limitada habilidad con el pincel y lo jugué en un torneo. ¡El mal resultado que obtuve en este es solo culpa mía! En términos generales, estaba satisfecho con lo conseguido.
Respecto al torneo, fue un éxito. Como es habitual, Pablo Triguero realizó una labor impecable como organizador. La asistencia fue buena y el ambiente resultó tan agradable y sano como siempre en los torneos de Kings of War. Los asistentes acudieron desde toda España, jugadores de alto nivel entre los que destacaron los tres primeros clasificados: Diego Jiménez Cabañas, Jorge Cuerva Morante y Carlos Centelles. ¡Mis felicitaciones a todos ellos!
¡VENGANZA!
Oh, sí. ¡Habrá venganza! No sé cuándo, no sé dónde, no sé cómo (no, en serio, no tengo ni idea de cómo lo voy a hacer), ¡pero redimiré a mi nuevo ejército! Y vosotros podréis leer cómo lo hago (o cómo lo intento y me llevo otra paliza) aquí mismo. ¡Estad atentos!
JOAQUÍN SANJUÁN