Héroes de la Dragonlance II, vol.3: El caballero Galen

25.03.2024


Damos fin a las dos trilogías de Héroes de la Dragonlance con El caballero Galen, novela de Michael Williams que recupera a Galen Pathwarden, quien ya protagonizó la novela El caballero de Solamnia. Sin embargo, no es el mismo Galen. En aquel entonces era conocido como Comadreja, apodo por el que era conocido el protagonista durante su primera novela, debido a su muy particular forma de ser y a su carácter cobarde, oportunista y embustero, entre otras, ejem, virtudes. Pero en El caballero Galen, tal y como reza el título, nos encontramos a un Galen Pathwarden crecido y que ha tomado ya las espuelas de caballero de Solamnia. Debido a eso, se ha esforzado por dejar atrás a Comadreja para ser el caballero Galen, tarea en la que se ha desempeñado con más dedicación que esperanza. 

Si bien no suelo hacerlo, en este caso merece la pena mencionar la portada de la novela, obra de Jeff Easley. Hay que admitir que esta no resulta tan espectacular como la de El caballero de Solamnia, dibujada por el mismísimo Elmore, lo cierto es que la portada de El caballero Galen, que muestra al propio Galen Pathwarden, refleja de forma magistral el tono humorístico y casi ridículo que frecuentemente envuelve al personaje durante sus peripecias. Pese a que en la imagen trata de mostrar una imagen gallarda, con caballo a dos patas y espada en alto y todo, el montaje resulta no solo accidentado (en especial para la chica que le acompaña), sino cómico y muy buen reflejo del contenido de las propias novelas.

La trama recupera algunos viejos personajes e incorpora a otros nuevos. Entre todos ellos destacan los otros dos hermanos Pathwarden. El mayor, un patán que maltrató a Galen durante años y se aprovechó de él continuamente, se ve contra todo pronóstico convertido en el escudero de su hermano pequeño, mientras que el tercer hermano, místico y tranquilo, ha fundado su propio monasterio en plena naturaleza. A ellos se les unirán otros caballeros, algunas damas, un bardo malabarista ciego con un perro muy particular y un puñado de hombres de las llanuras. Todos ellos se verán envueltos en una aventura que los sumergirá en las entrañas de la tierra, donde se tendrán que enfrentar a una amenaza que podría partir en dos toda Solamnia, tanto metafórica como literalmente.  

La novela goza de la narrativa de Michael Williams, lo que ya es todo un aliciente para leerla, y ofrece algunos personajes muy interesantes. Sin embargo, y pese a sus virtudes, no consigue estar a la altura de su predecesora, El caballero de Solamnia, novela en la que la versión más joven del protagonista conseguía atrapar sin dificultad el interés del lector. El Galen Pathwarden de El caballero Galen conserva todavía algunas de las características propias de su versión más joven, pero el personaje, al pasar por el filtro requerido para ser un caballero de Solamnia aceptable, pierde en el proceso todo aquello que lo convertía en un personaje tan interesante y divertido. Si bien es cierto, por otra parte, que la evolución de Galen es uno de los pilares principales sobre los que se asientan ambas novelas, y que resulta muy interesante presenciar todo el viaje que lleva al taimado y embustero muchacho a convertirse en un más o menos virtuoso caballero.

Como dato curioso resulta que el caballero Bayard Brightblade no es otro que el abuelo del mismísimo Sturm Brightblade (lo que convierte a Galen Pathwarden Brightblade en algo así como tío segundo de Sturm) y uno de los hombres de las llanuras que aparecen a lo largo de la novela, de nombre Wanderer, es a su vez el abuelo de Riverwind, dos de los famosos Héroes de la Lanza.

JOAQUÍN SANJUÁN