Empíreo 1: Alas de Sangre, de Rebecca Yarros
Una de las sagas de literatura fantástica juvenil con más éxito del momento es sin duda la saga Empíreo, de la que Alas de Sangre (The fourth wing en versión original) es la primera entrega. La serie, actualmente en publicación y con dos novelas en el mercado (la última publicada a principios del 2024), tiene varios libros nuevos en camino, y además ha llamado la atención de Amazon Prime, plataforma que, según se dice, prepara una serie live action de Empíreo. Si tenemos en cuenta que la primera novela, precisamente Alas de Sangre, salió publicada en su versión original en verano del 2023, el arrollador éxito de esta saga ha surgido y crecido de forma imparable en tan solo unos pocos meses, tiempo más que suficiente para convertirla en una de las sagas de fantasía juvenil más populares y exitosas de las últimas décadas, ¡que no es poco! ¿Pero a qué debe Empíreo semejante éxito? En este artículo, que se centra en la primera novela, trataré de examinar algunos de los elementos que la han convertido en tan inesperado y arrollador éxito.
UNA RECETA CONOCIDA
Si bien no soy un experto en fantástica juvenil, he leído suficientes títulos de este género como para poder hacerme una idea a grandes rasgos del panorama general. Debo confesar que he encontrado varias sagas, entre ellas la propia Empíreo, que me han dejado fascinado por lo bien construidas que encontré tanto la historia como los personajes y la propia narrativa interna de la novela. Sin embargo, también he advertido que existe cierto patrón que se repite; ciertos ingredientes, por así decirlo, que pueden encontrarse en buena parte de estas novelas, aunque conformen platos diferentes. Pero veamos el caso concreto de Alas de Sangre.
Partimos con una protagonista, Violet, quien resulta un personaje lleno de matices y con un carácter difícil, un aspecto bastante corriente y un físico del montón, en el mejor de los casos. Pero en esos matices encontramos la riqueza del personaje, al igual que sucede en el resto de personajes de la novela, desarrollados con gran habilidad por la autora, Rebecca Yarros. La única objeción que puedo lanzar al respecto es que, por lo general, los patrones que vemos en los personajes femeninos de la literatura juvenil tienden a repetirse, y no puedo evitar la sensación de que ya me he encontrado con Violet en otras novelas. Sin ir más lejos, me recuerda muchísimo a Mía Corvere, protagonista de la trilogía Nuncanoche, de Jay Kristoff (puedes leer la reseña AQUÍ), personaje con el que comparte aspecto, carácter y una historia familiar turbia y llena de sombras. Lo cierto es que tengo sensaciones enfrentadas respecto a todo esto.
La sinopsis básica de estas novelas suele incluir muchos secretos ocultos en la trama, revelaciones inesperadas, traiciones que vienen de alguien muy cercano al protagonista, un triángulo amoroso y poderes o habilidades que hacen del personaje principal y de algunos de sus allegados individuos muy notables, por no hablar de algunas escenas de sexo bastante subidas de tono. Todos estos elementos los he encontrado en diferentes novelas, la trilogía Nuncanoche y el libro Alas de Sangre entre ellos.
Sin querer profundizar más en esto hasta que disponga de más referencias al respecto, pues que exista coincidencia entre un puñado de libros no marcan necesariamente una tendencia clara, sí quiero dejar constancia de que es una cuestión que me ha llamado poderosamente la atención, y sobre la que investigaré en el futuro. ¡Os contaré mis conclusiones al respecto!
ALAS DE SANGRE
La historia se desarrolla en un mundo en crisis, donde humanos y dragones han desarrollado un muy particular acuerdo que permite a los segundos vincularse con aquel a quien escojan como jinete, dotándote de algunos dones únicos en el proceso. Alrededor de esto se ha alzado todo un imperio militarizado, con la excusa de combatir contra los enemigos comunes de humanos y dragones, enemigos que al parecer suponen una amenaza tanto para unos como para otros. Es entonces cuando entra en escena la protagonista de la historia, Violet, quien por imposición materna se presenta a las pruebas para convertirse en jinete. Cabe destacar que Violet es un personaje muy diferente de lo que cabría esperar, pues posee grandes limitaciones físicas a causa de su fragilidad, por no abundar en que actúa por obligación, no por elección. Se nos muestra que su aspiración era dedicar su vida a los archivos y a los libros, de los que es una apasionada. Pero la vida, o su madre, tenía otros planes para ella, pese a sus inferiores condiciones físicas. Sin embargo, el lector descubrirá pronto que la mejor arma de la chica es su cerebro...
La historia ahonda durante buena parte de la novela en la cruel y sanguinaria formación a la que se somenten los aspirantes a jinetes de dragón, una formación con una tasa de mortalidad alarmantemente elevada. No tardarán en hacer acto de presencia en la historia los dragones, un aliciente extra para leer estas novelas. Pero aún será menos lo que tardará Violet en meterse en líos... y en verse involucrada en un conflictivo triángulo amoroso con un viejo amigo de la infancia y el chico malo de la academia de jinetes.
Un inesperado giro de trama que acontece en la recta final de la novela cambiará todo para Violet y sus compañeros, y transformará la propia historia en otra muy diferente. Pero eso, claro, tendréis que descubrirlo vosotros mismos...
CONCLUSIÓN
Alas de Sangre me ha sorprendido mucho y muy gratamente, al igual que me pasó con la trilogía Nuncanoche o con las novelas de Brent Weeks, autor de las sagas El Ángel de la Noche y El Portador de Luz. La trama, los personajes, el mundo en el que todo sucede, la narrativa... No tengo mucho que decir en contra de Empíreo, al menos por el momento, dado que tengo pendiente la segunda novela y las que sin duda vendrán después. Creo firmemente que está teniendo lugar una revolución en el ámbito de la literatura fantástica juvenil, y que cada vez son más los títulos de éxito que encontramos dentro de este género. Es cierto que estas historias quedan muy lejos de los clásicos de fantasía, pero también es verdad que la literatura, como todo, cambia y evoluciona. Quizás sea hora de que aquellos lectores veteranos anclados a las viejas sagas, muchas de ellas auténticas joyas literarias, se sacudan de encima los prejuicios que tantos asocian con el término "fantasía juvenil" y le den una oportunidad a algunos de estos títulos. No gustará a todos, desde luego, pero estoy seguro de que muchos lectores veteranos encontrarán aquí todo un filón de buenas novelas de fantasía.
Respecto a la generación a la que están enfocados estos libros, los responsables de que cada vez se oiga hablar más y mejor de la fantasía juvenil, para ellos solo tengo cuatro palabras: Lo estáis haciendo bien.
JOAQUÍN SANJUÁN