Dragonlance: Hija del Destino
Hablar de Dragonlance es hablar de una de las sagas de fantasía más prolíficas, queridas y antiguas de todos los tiempos. Los primeros libros, aquellos que formaban la clásica e inolvidable saga Las Crónicas de la Dragonlance, fueron publicados durante los años ochenta, y, desde entonces, no han dejado de publicarse nuevos libros de la saga, hasta alcanzar en su edición inglesa casi doscientos libros distintos, de los que no todos han llegado a ser traducidos en español. Si bien no todos ellos han sido escritos por el equipo artístico formado por Margaret Weis y Tracy Hickman, lo cierto es que estos dos escritores sí han sido los responsables de la espina dorsal de la colección, empezando por las ya mencionadas Crónicas de la Dragonlance y siguiendo por trilogías como Leyendas de la Dragonlance, Las Crónicas Perdidas, La Guerra de los Espíritus o La Segunda Generación. Son, por derecho propio y sin discusión alguna, los padres de Dragonlance.
Dragonlance Destinos es una nueva trilogía, pero es una con un planteamiento muy especial que la hace perfecta tanto para nuevos lectores que quieran iniciarse en este mundo de fantasía como para lectores veteranos, o incluso para recuperar a aquellos viejos lectores que, con el paso de las décadas, se quedaron por el camino. La historia, sin entrar a desvelar demasiado de la trama, tiene como protagonista a una chica de ascendencia noble, hija de un caballero de Solamnia; una chica llamada Destina Rosethorn.
El primer libro, Hija del Destino, aparece dividido en tres partes. Durante la primera conocemos a Destina Rosethorn y a su familia, en especial a su padre, un honorable caballero de Solamnia al que la chiquilla ama con locura. De forma transversal somos testigos de algunos acontecimientos clásicos de Dragonlance, tales como el regreso de los dragones, o el conflicto contra La Diosa de la Oscuridad, historias que podemos leer en Crónicas de la Dragonlance. Sin embargo, todo cambia para Destina Rosethorn el día de la histórica batalla de la Torre del Sumo Sacerdote, batalla en la que Sturm Brightblade, uno de los famosos Héroes de la Lanza, muere protegiendo el alcázar de las fuerzas del mal. Ese día, en esa batalla, también muere el padre de Destina Rosethorn, y ese, por si no fuese suficiente tragedia por sí mismo para la chica, supondrá el inicio de una serie de acontecimientos que destruirán por completo tanto la vida como el prometedor futuro de Destina. Veremos su caída en la segunda parte del libro, y, finalmente, en la tercera emprenderá una alocada misión que tendrá como objetivo conseguir retroceder en el tiempo para así evitar la muerte de su padre, y, de esa forma, salvarse también a sí misma.
A lo largo de Hija del Destino podemos encontrar muchísimas referencias a acontecimientos de gran importancia en la historia de Dragonlance, algo que resultará sin duda un aliciente para los viejos conocidos de la saga. La cosa, sin embargo, se vuelve mucho más intensa durante el último tramo de la novela. Tendréis que descubrir vosotros mismos lo que pasa, pero os adelanto que aquellos lectores nostálgicos que lean Hija del Destino disfrutarán mucho de ese último tramo de la novela.
Si Hija del Destino adolece un defecto, ese es sin duda la pobre edición que nos ofrece Minotauro, al menos en lo que se refiere a la adaptación del propio texto, ya que no solo la traducción deja mucho que desear, pues se pierden diversos términos y nombres clásicos de la edición española de Dragonlance para verse reemplazados por extrañas e inverosímiles adaptaciones. Pero no es solo un problema de traducción, pues la corrección también resulta bastante mediocre, y pueden encontrarse diversas erratas, e incluso algunas faltas de ortografía que ponen de manifiesto, más que una errata, que la persona al cargo de la corrección posee lagunas muy serias en lo que a este trabajo se refiere.
Sea como sea, y obviando la mala calidad de la adaptación de la novela al español, Hija del Destino es una novela muy recomendada, tanto para aquellos que desean conocer por primera vez Dragonlance como para aquellos que, como yo, sentimos que volver a ese mundo de fantasía es como volver a casa.
JOAQUÍN SANJUÁN