Crónicas de la Dragonlance, libro 1: El retorno de los dragones
Cuarenta años han pasado desde que la Dragonlance comenzase su andadura, allá a mediados de los ochenta, de manos de Margaret Weis y Tracy Hickman, autores de las Crónicas de la Dragonlance, trilogía que inició la popular saga y de la que El retorno de los dragones es precisamente la primera entrega. Cuarenta años, que se dice pronto, durante los que docenas de novelas han ampliado el mundo de la Dragonlance, muchas de ellas escritas por los dos autores de las Crónicas, especialmente las dedicadas a los protagonistas de esta trilogía, conocidos como Los Compañeros. Ellos son Tanis el Semielfo, el noble caballero Sturm Brightblade, el incorregible kender Tas, el enano cascarrabias Flint, los gemelos Caramon y Raistlin Majere, tan diferentes uno del otro como el día de la noche, la aguerrida Kitiara y algunos otros que se unen a ellos por el camino, como Laurana, la princesa elfa, o el peculiar mago Fizban, entre muchos otros. Cuarenta años han pasado, y, si bien se han contado grandes historias desde entonces dentro del mundo de la Dragonlance, ninguna de ellas ha calado tanto ni es recordada por los seguidores de la saga con tanto cariño como Crónicas de la Dragonlance.
La sinopsis es bastante sencilla, al menos en principio. La historia comienza en una taberna, un guiño de los autores a los juegos de rol de fantasía, en cuyas mesas precisamente nacieron tanto la Dragonlance como parte de sus personajes. Un grupo de aventureros, viejos amigos que no se ven desde que cinco años atrás se separaron para investigar qué estaba sucediendo en el mundo, cada vez más convulso y peligroso, vuelven a encontrarse. Sin embargo, muchas cosas han sucedido en todo ese tiempo, hasta el punto de que ni siquiera en el lugar al que llaman hogar, Solace, parecen estar a salvo. Eso no impide que la alegría y la celebración llene los corazones de los viejos amigos, reunidos al fin después de tanto tiempo. Pero es entonces cuando sucede algo que cambiará las vidas de todos ellos para siempre, y da inició a la mayor aventura que podáis imaginar...
Este primer libro, El retorno de los dragones, se centra principalmente en este pequeño grupo de personajes y en su pequeño rincón del mundo, que se ve hecho añicos a raíz de los sucesos que tienen lugar durante la reunión. A medida que avanza la historia podremos conocer a cada uno de esos personajes, y, junto a ellos, viajaremos desde Solace, embarcados en una carrera por la supervivencia, mientras los servidores de las tinieblas tratan de darles caza. De la mano de Tanis, Raistlin y los demás visitaremos algunos lugares maravillosos, escucharemos leyendas e historias aterradoras y otras llenas de heroísmo y descubriremos qué está pasando en Krynn, el mundo de la Dragonlance. Poco a poco, a medida que el viaje de los protagonistas avanza, viajaremos con ellos y conoceremos nuevos y fascinantes lugares, pero también otros terroríficos y peligrosos. Por supuesto, tal y como el título anuncia, ¡habrá dragones! El problema es que, lejos de combatir al lado del Bien, se convertirán en una colosal amenaza para Los Compañeros, quienes se preguntarán cómo pueden ellos, personas corrientes, enfrentarse al gran mal que amenaza todo Krynn. Han sido elegidos, eso les resulta evidente, pero Raistlin Majere planteará una pregunta decisiva: ¿Quién les ha elegido... y para qué?
El viaje, pese a todas las tribulaciones y a todos los peligros, debe seguir. Lo hará en el segundo libro, La tumba de Huma. Queda por ver si Los Compañeros encontrarán la manera de combatir al malvado enemigo, cuyo poder está claramente muy por encima de ellos. ¿Existe esperanza para Krynn?
JOAQUÍN SANJUÁN